El telescopio espacial Jaмes WeƄƄ (JWST) es una maravilla de la astronomía moderna que ha estado ofreciendo el universo en longitudes de onda infrarrojas desde su lanzamiento en diciembre de 2021. Uno de sus primeros objetivos fue la luna Encelado de Saturno, un pequeño mundo helado que alberga un globo terráqueo. fondo del océano su corteza congelada. Enceladus también es conocido por sus espectaculares géiseres de agua y hielo que brotan de las grietas cerca de su polo sur, creando una enorme pluma que se extiende hacia el espacio.
Utilizando su instrumento espectrógrafo de infrarrojo cercano (NIRSpec), JWST pudo mapear las propiedades de la pluma y medir su composición, tamaño y velocidad. Los resultados, publicados en Nature Astronoy, revelan que la pluma es mucho más grande y más poderosa de lo que se pensaba anteriormente, y que contiene trazas de moléculas orgánicas que podrían ser bloques de vida potenciales.
El penacho se extiende a lo largo de 9.600 km (6.000 millas), que es 20 veces el diámetro del propio Encelado. Expulsa agua a un ritmo de unos 360 litros (95 galones) por segundo, suficiente para llenar una piscina olímpica en unas pocas horas. El agua alcanza velocidades de hasta 2 km/s (4500 mph), escapando de la débil gravedad de Encelado y formando una nube en forma de toro alrededor del anillo E de Saturno.
El instrumento NIRSpec también detectó firmas de metano, amoniaco, dióxido de carbono e hidrógeno en el penacho, así como moléculas orgánicas más complejas que aún no se han identificado. Es probable que estas moléculas se produzcan a partir de elementos hidrotermales en el fondo del océano de Encelado, donde el agua interactúa con las rocas y los minerales de H๏τ. Algunas de estas moléculas podrían ser precursores de los aminoácidos, los bloques de construcción de las proteínas.
El descubrimiento de estas moléculas orgánicas se suma a la evidencia de que Encelado es uno de los lugares más prometedores del sistema solar para buscar señales de vida. Las valiosas oƄserʋaciones de la misión Cᴀssini de la NASA mostraron que el océano de Encelado es salado y alcalino, y que contiene hidrógeno gaseoso que podría ser utilizado por microonda como fuente de energía. Cᴀssini también voló a través de los tiempos pluviales y probó su composición directamente, pero no tenía la sensibilidad ni la resolución de JWST.
Las oƄserʋaciones del JWST también brindan nuevos conocimientos sobre el origen y la evolución de la pluma. Los investigadores encontraron que las plumas varían en intensidad dependiendo de la posición de Encelado en su órbita alrededor de Saturno. Cuando Encelado está más cerca de Saturno, las fuerzas de marea ejercidas por el planeta aprietan y calientan el interior de la luna, lo que hace que escape más agua a través de las grietas. Cuando Encelado está más lejos de Saturno, las fuerzas de marea se relajan y la pluma se vuelve más débil.
Los investigadores también sugieren que la pluma ha estado activa durante mucho tiempo, posiblemente millones de años. Esto implica que Enceladus ha mantenido una fuente estable de calor y agua durante mucho tiempo, lo cual es favorable para el surgimiento y la persistencia de la vida.
Las ofertas del JWST son solo un vistazo de lo que este poderoso telescopio puede hacer para explorar los misterios de Encelado y otras lunas heladas en nuestro sistema solar. Las futuras ofertas tendrán como objetivo caracterizar la pluma con más detalle, identificar más moléculas orgánicas y buscar posibles variaciones en el tiempo. JWST también complementará otras misiones planificadas o propuestas para visitar estos mundos, como Europa Clipper de la NASA y JUICE de la ESA.
Enceladus es un ejemplo fascinante de cómo una pequeña luna puede tener un gran impacto en su entorno y en nuestra comprensión de la vida en el universo. Gracias a JWST, ahora podemos ver este impacto más claramente que antes.