Tjayasetimu es el nombre de una niña que fue una cantante destacada en el antiguo Egipto. Hace casi tres mil años, ella era parte del coro real y cantaba para los faraones en los templos a lo largo del Nilo. Recientemente, Tjayasetimu fue presentada en una exhibición del Museo Británico llamada “Vidas Antiguas: Nuevos Descubrimientos”, la cual exploraba las vidas y muertes de ocho momias.
En el antiguo Egipto, los cantantes de templo, bailarines y otros artistas intérpretes o ejecutantes eran frecuentemente representados en grabados. Con frecuencia se observa a los cantantes tocando instrumentos como el sistro, que es una especie de sonajero, así como el arpa o “clappers” de hueso. Es posible que Tjayasetimu también haya utilizado alguno de estos instrumentos en su papel como cantante estrella en los templos egipcios.
La niña de siete años, a pesar de su corta edad al morir, era lo suficientemente importante como para recibir una elaborada momificación, un proceso generalmente reservado para la realeza egipcia y las familias de élite. Según The Telegraph, que tuvo una vista previa de la exposición, Tjayasetimu había sido envuelta en vendajes pintados, su rostro cubierto con un delicado velo y oculto tras una máscara dorada, y había sido colocada en un sarcófago también dorado.
Sin alterar las vendas, los científicos utilizaron una tomografía computarizada para examinar lo que se encontraba debajo de ellas. Descubrieron que la joven estrella estaba muy bien conservada y aún tenía cabello que llegaba hasta sus hombros. Incluso podían observar cómo sus dientes de leche estaban empujando hacia arriba a través de las encías. A pesar de su estatura de solo 4 pies, Tjayasetimu era demasiado pequeña para su sarcófago, aunque no está claro por qué no se hizo una carcasa a su medida. Los científicos creen que su muerte fue el resultado de una enfermedad breve, posiblemente el cólera.
Los jeroglíficos y las pinturas en el sarcófago de Tjayasetimu, cuyo nombre significa “la diosa Isis se apoderará de ellos”, revelan que ella era una “cantante interior” en el templo dedicado al dios Amón, un papel de élite dentro del coro del templo. Aunque no se conoce con certeza el lugar exacto donde desempeñaba su labor, se cree que probablemente estuvo asociada al templo en el complejo de Karnak en la antigua Tebas, cerca de la actual Luxor. También es posible, según ciertos diseños estilísticos, que haya trabajado en Faiyu, un oasis ubicado cerca del Nilo y a unas 60 millas al suroeste de El Cairo.
